Estoy buscando a quien lee las manos del mundo,
A quien no sepa nada del futuro pero sepa
adivinarlo,
Al que sepa entender la mirada de las ciudades que
no me han visto,
Al que sepa consolar las miradas de las que sí lo
han hecho.
Que venga alguien y cure a Madrid, que yo ya no
puedo con su locura,
Que a mí se me están acabando las triquiñuelas
para excusarte,
Que me sabe mal ya tanto mentirle, que mi cara no
sabe qué color ponerle,
Que soy el peor de los desagradecidos, que no sé
cómo pagarle la primavera.
No quiero que se lleve el año nuevo, ni el
invierno caliente,
Ni la primavera florecida de tus costillas
llamándome,
Que no
puedo con otro verano frío,
los cuarenta grados bajo cero me arden todavía en
las plantas de los pies.
Que no vuelvan a dispararme que lo que soy
Es un pequeño préstamo que voy a tener que
devolver.
Que he invertido mi testamento vital
En amar el color del que te pintas las uñas.
Quiero que vengas a leerme las manos,
Quiero que me leas el futuro sin saber qué va a
pasar,
Que avises de nuestra llegada a las ciudades que
no me han visto,
Pero no quiero que consueles a Madrid,
Quiero que le atravieses su orgullo en la garganta
Mientras tú y yo, destrozamos la Gran Vía a besos.
Traigo rosas rojas para ti,
eres mi rincón favorito de Madrid.