lunes, 23 de junio de 2014

Santa Adrenalina.

El día más largo del año tiene tu nombre,
se estira como desperezándose,
despertando el desencanto
de que la primavera ya se fue
y llega la hora de enterrar a las flores prontas.

El día más largo del año huele
a presentimiento dismudado,
a ropa recién sacada del armario,
a maleta sin destino,
a tus chanclas de goma tarareando
la banda sonora de un verano
que no quiso escucharte.

El día más largo del año quema tanto
como un recuerdo guardado entre cenizas,
como la sensación de un niño pequeño
que se pierde y no encuentra a su madre,
como el hasta pronto que esconde un hasta siempre.

El día más largo del año es
tan corto como los diez minutos
de retraso de un tren,
tan corto como el último abrazo
y tan líquido como los besos que me das ahora.

El día más largo del año es
tan versátil como tú,
tan te quiero, tan te odio,
tan lluvioso y soleado,
tan luto de blanco,
tan contento y enfadado.

La noche más corta del año te extraña tanto, que ya te ha olvidado.


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