con sombras que atraen
y noches que se vuelven batidoras
Así amenazas con tu nombre
advirtiendo un cielo rosa cada tarde
que derrite hasta las pupilas más congeladas
Lanzando tus cuatro jinetes muertos
en busca de mi apocalipsis
y retorciendo gargantas
Esparciendo sueños que insinúan realidades
como si quisiera tu guadaña
volver a desahogarse en mi estómago
Evocando lo que es convertirse
como si quisiera tu guadaña
volver a desahogarse en mi estómago
Evocando lo que es convertirse
en una burbuja más bajo el agua
y que el tiempo te pierda la pista
Empiedras todos los caminos
que a Roma conducen
y cada San Juan enciendes
tu luna ardiente con mis mapas
Matando vienes el letargo
somnoliento de la primavera
que sólo sabe defenderse lanzando color
Abanicando ascuas hirvientes
cegando con áspera ceniza
y empijamando noches con mortaja algodonada
Llenando los relojes de navajas
que cortan muñecas a cada segundo
y giran a la inversa
Tan inverso como tú
ladrón de bienes preciados
que huyes con el ocre del otoño
Y por navidades mandas cartas
como queriendo no caer en el olvido
como aludiendo el inverso amor que me guardas
Y yo escondido en la paz que derrites
dormido en el hielo que abrasas.
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